La acaban de ofrecer la continuidad a Diego, un hecho de elemental justicia. Veamos. Como señalamos en este gran post de Ramble , la selección Argentina de la manos de Dios, realizó el mejor mundial desde Italia 90.
Terminar quintos en el mundo ,es un lugar mas que adecuado para nuestro nivel de juego realmente existente. Además hubo gran efectividad en el juego (80%), obtuvimos más puntos que el 4to, más goles a favor que el campeón, etc.
Todo este mérito indiscutible, la derecha vernácula, normalmente entregadora y tradicionalmente cipaya, lo opaca vilmente y transforma en derrota oprobiosa de la argentinidad toda, apenas por la disputa abierta en torno a la ley de medios y el fútbol para todos, intentando mantener sus risibles privilegios apelando a furiosa crítica.
En Ramble no somos panqueques y como estuvimos en las buenas , estamos más con Diego en las que nos quieren hacer creer son "la malas" , y esta vez , para colmo, los números nos avalan, somos la mayoría , luego, tenemos la razón.
Todo lo demás son opiniones divergentes que normalmente no respetamos y/o intereses subalternos, espúreos e inconfesables.
Al respecto recibimos este texto de Demian Marchi sobre lo que deja Sudafrica 2010, que queremos compartir.
Lo que podría haber pasado, no es material de análisis para la historia. Afirmar que si se hubiera hecho tal o cual cosa, Argentina hubiese logrado vencer a Alemania, es refugiarse en la comodidad de lo irrefutable. Cientos de argumentos que no se comprueban en los hechos son utilizados para desprestigiar la labor de Diego Maradona al frente del cuerpo técnico de la Selección.
En ese contexto, el cuarto puesto que obtuvo Uruguay es glorificado desde éste lado del Rio de la Plata como si se tratara del mismísimo campeonato del mundo. Se habla de dignidad en la derrota, de ejemplo, de valentía.
No se trata aquí de cuestionar lo que la “celeste” logró en Sudáfrica, sino de analizar los números y lo que ocurrió en el Mundial.
Quienes glorifican a una selección uruguaya que llegó a semifinales tras vencer a Corea del Sur en octavos (47 en el ranking de la FIFA) y a Ghana (32 en el mismo ranking) en cuartos de final, son los mismos que afirmaron que en la primera ronda, “Argentina no había jugado contra nadie”.
Ante los ojos de cualquier hincha de fútbol se evidencia que los cruces que enfrentó Uruguay fueron considerablemente más favorables que los que debió abordar Argentina.
La Selección conducida por Diego logró 12 puntos, lo que significa el 80% de los 15 que disputó. Los únicos que superaron este promedio fueron los dos finalistas de la copa, España y Holanda.
Argentina convirtió 10 goles, 2 más que el campeón mundial, España. El equipo dirigido por Vicente Del Bosque es elogiado por un sector del periodismo que afirma que se trata del “verdadero fútbol” al que incluso habría que imitar. Sin embargo, dicho equipo convirtió 8 goles, entre los que se encuentran 1 de pelota parada (para definir un partido cerradísimo con Alemania), uno en offside y otro tras un error grosero del arquero chileno. A la “furia” le costó muchísimo marcar goles a partir de su juego colectivo, basta recordar uno de los mejores goles del mundial, fue una jugada totalmente individual de Villa.
Ni ellos son tan buenos, ni nosotros tan malos. La exacerbación de un supuesto fracaso de Argentina, y la glorificación de lo logrado por nuestros vecinos y por España, se esgrime tras la falacia de que el fútbol es casi una ciencia exacta y que los triunfos se hubieran logrado si el cuerpo técnico albiceleste hubiese dedicado tiempo a asumir sus supuestos errores.
El propio Marcelo Bielsa, un obsesivo de los planteos tácticos y las estrategias futbolísticas, señaló durante una charla en Chile: “Hace muchos años que aprendo cada vez menos de fútbol, me doy cuenta que no necesito saber tanto, que hay tantas cosas que van por donde quieren que… ¿Para qué esforzarme significativamente en búsqueda de una capacidad que no opera?”.
¿Dónde se puede prever la mano de Suárez en el último minuto, y el penal desperdiciado por Gyan, el jugador Ghanés? En ningún lado, y eso es lo que hace al fútbol el deporte más atractivo que existe. Podrían darse miles de ejemplos sobre lo imprevisible, como la eliminación de Brasil tras haber literalmente “bailado” a Holanda en el primer tiempo.
El fútbol tiene misterios y acontecimientos imposibles de prever, por eso, hablar de lo que “hubiera pasado” si jugaban Verón, Pastore o Clemente Rodríguez, o si Alemania no marcaba un gol a los 3 minutos de partido, sólo tiene sentido para la charla de café. Si hubiera una verdad absoluta, no habría campeones tan dispares y con recetas tan distintas como la España de hoy y la Italia del 2006.
Cabe reconocer que el triunfo Alemán sobre nuestra Selección fue inapelable, pero imaginar qué hubiera sucedido si se realizaba otro planteo, solo sirve a los fines del entretenimiento televisivo y para cuestionar a Maradona, que logró la mejor posición de Argentina en un mundial, desde Italia 90.